Tengo en mi cabeza dos preguntas.
Las llevo con vergüenza, dos
Interrogantes que ensombrecen mi cara,
Como dos largos minutos en una hora
Demasiado corta.
Y tú, tú tienes dos respuestas.
Dos luces vivas, intermitentes y serenas.
No necesito más, no quisiera menos.
Porque es mirarte y comprender
Que no podría requerir más.
Porque sólo fundiendo mis preguntas,
Tus preguntas, mis respuestas
Y tus respuestas…
Sólo así soy feliz.
jueves, 11 de febrero de 2010
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