domingo, 10 de octubre de 2010

Poema sin nombre I

Mi amor, ¿no lo ves?
Siempre has estado ahí,
primero en silencio, y
gritando después.
Desde un primer momento te quise
de formas inimaginables para mí.
Lo nuestro era insano, ruin, mezquino,
pero me diste luz. Un poquito de luz…

Y ahora, ¿qué?
Mi amor, ¿no lo ves?



Te estás muriendo.

Te creías eterna y así
te lo hicieron ver tus
infinitos amantes, pero…
¿qué te queda ahora?
Ni el Poeta, ni yo podemos salvarte.
Aferrada a la vida
nos suplicas la muerte a mí
y a los pocos que aún te necesitan.



Patético.

Tal vez debas partir.
Ya te lloraremos los pocos perros
que te seguimos.
Ya aullaremos a la Luna
que nos enseñó a venerarte.

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